Ains…
Bueno, acabo hace unas horas ayer llegué de Barcelona.
¿Qué estuviste, en el Salón?
Sí, claro… en el salón de la casa de Lirael… 😆
No, ya, vale, fuera coñas. ¡¡Pues claro que estuve en el Salón del Cómic!
¡Y, joder, qué bien coñññññño…!
Mejor aún que el año pasado… ¡Y eso que no estaba Pacheco!
Pero… bueno… os cuento…
En principio tenía pensado ir con Lirael sólo el sábado, a echar el día completo, pero Jotacé sólo podía ir el viernes, así que, nada, nos armamos de cámara de fotos, cuaderno de dibujo y varios ejemplares susceptibles de ser firmados… y pa’llá que fuimos.
Cuando entramos («¡No hay cola! ¡YUJUR!»), lo primero que hicimos fue buscar a Raxar y avisar a Jotacé.
Para el que no los conozca, hay que aclarar un par de cosas. Raxar es un pofesioná en esto de los salones del cómic, y el tipo de persona que te gusta tener cerca en una de estas. Y es que mi amigo Raxar no sólo es un entendido en este tema… es un maldito experto, tiene controlado todo lo que pasa a cada momento. ¡Y, aparte, es un cacho pan!
En cuanto a Jotacé, si no lo conoces, es que no has leído un blog de cómics en tu vida… 😛
Cuando localizamos a Raxar, se encontraba recibiendo firma y dibujo de este hombre.
Enrique Vegas, autor de Kobe y un montón de parodias de cabezones.
Y, como el amigo Raxar tiene miles de millones de originales, se dedicaba a ir pidiendo cosas tales como «tu villano Marvel favorito».
Y este Magneto…
…fue el que le sacó a Enrique.
si queréis ver más cosas que le hizo a Raxar, ya las pondrá aquí en lo gris.
Una vez le hubo firmado todo lo firmable, los tres nos fuimos al stand de Gigamesh, donde Corominas estaba haciendo dibujos.
Por el camino nos cruzamos con dos colas kilométricas, que se extendían cada una hacia extremos opuestos del recinto, yendo a encontrarse en el enorme stand de Norma, donde firmaban Mike Mignola y Victoria Francés. Y, ya que estaba allí, pues aproveché para sacarle a la ilustradora la que, seguramente, termine siendo mi foto más vista en Flickr… 😆
Luego llegamos a lo de Corominas.
Raxar tenía el número 3 de la cola… nada más llegar, me hice con el número 5, con lo que, a los pocos minutos, ya tenía este retrato de Arya Stark.
Aparte, me pillé el libro El arte de Canción de Hielo y Fuego (y, de regalo, una alfombrilla de ratón con la ilustración de portada de Juego de tronos). Después de eso, nos separamos. Raxar siguió cazando y Lirael y yo fuimos por otro lado, concretamente, al Stand de Diábolo, donde me encontré con Isaac Casanova, paisano, parroquiano de mi tienda de cómics y dibujante de La guarida del Leviatán.
Tras breve charla, me compré los dos tomos de El Joven Lovecraft, y luego me encontré con otra de las personitas que andaba buscando, Dark Phoenix, nuestra entidad cósmica pelirroja favorita.
Estuvimos charlando un ratillo, luego apareció Raxar, se fue Darki, se fue Raxar, apareció Jotacé, desapareció Jotacé… y Lirael y yo seguimos llenando de azúcar el salón durante un rato.
En esas estamos cuando tuvimos una batallita interesante. Resulta que la otrora kilométrica cola para Mignola se había reducido a cuatro frikis, así que pude acercarme a hacerle unas fotos como esta…
Y en esas estaba cuando me dije yo pa’mí. «¡Coño! Pues yo también me pongo en la cola…»
Dibujos, que es lo que a mí me gusta, no hacía, pero llevaba un grapa que me regaló Skaeflock hace algunos años para ver si le sacaba una firma.
El caso es que me puse, y una de la organización, lo que cariñosamente llamarámos una «siesamalahe«, decía que no, que me quitara de la cola, que ya no iba a firmar más.
Yo miré los que éramos, me encogí de hombros, y calculé que no le llevaría ni medio minuto garabatear algo que nos pudiera meter doblá como su firma. Y la tía que no, y yo que qué más le daba uno más. Y ella que no, que es uno, y luego otro, y otro, y así.
Volví a mirar atrás. Pero seguía sin haber nadie detrás. Mientras la siesamalahe seguía dándome largas, Mignola agarró el cómic y estampó una firmita.
Ea.
Que una cosa es hacer tu trabajo, y eso lo comprendo… pero a ver, ¿qué le molestaba a Mignola echar una firmita? Según me demostró, nada… ¿¡Y por qué no le dejas, hijaaaaa…!?
Desde ese mismo momento, me declaré fan de Mike Mignola.
Un tío majísimo.
Y me hice una foto en plan adolescente hormonada con él.
Por poco y hago como me dijo Calpurnia y le beso la calva, hoygan.
Después de aquello, hubo otro suceso simpático. Tras dar unas vueltas más, nos sentamos a tomar algo con Raxar, Jotacé y un par de amigos suyos. Escuchaba charlar a los que estaban en la mesa de al lado, hablando sobre Victoria Francés, y de cómo uno de ellos se había enamorado de ella 😛
Entonces, uno de ellos, que charlaba con Jotacé, volvió a su mesa y regresó con este libro…
El Gran Libro de la Cinefilia from Listo Entertainment on Vimeo.
¡Coño!, le dije, ¡Tú eres el Listo!
Tras su confesión, me dejó uno de sus ejemplares para que lo ojeara y así confirmar lo que ya me olía: que me lo iba a colar. Y no me arrepiento. Lo veo una magnífica lectura tigrera, así como para trayectos cortos. Ahora, lo malo de leérselo en el sofá o en la cama así de tranquilote, es que, cuando te das cuenta, ya te lo has terminado.
Aún así, tiene mi sello de aprovación 😛
Eso sí, le saqué este dibujillo…
Me comentaba el Listo en esas que había venido con otro webcomiquero, y, cuando me dijo que se trataba de Runtime-Error, tuve un nuevo momento fan.
Intercambiamos unas palabras y me regaló este dibujo que, como soy tan buena persona, comparto con vosotros…
Dos tíos geniales, el Listo y Runtime… dadles todo vuestro amor.
Después de dicho encuentro, fuimos a las jornadas de la FNAC, donde seguimos acosando a dibujeros y demás…
Allí estaban Mignola, Bachs, Ferry, Jeffrey Brown, Larroca (incorporación a última hora) y otros.
Y allí llegamos Lirael, Raxar y yo, y en la cola de Larroca que me puse.
Cuando me puse a la cola, me di cuenta de que estaba dándole la espalda a JM Ken Niimura, que estaba haciendo un dibujo para el único que estaba…
Miré para delante, y vi a los ocho o nueve que tenía hasta Larroca, y me di la vuelta.
Allí, en la cola de Niimura, caí en la cuenta de que tenía un poster suyo de cuando dibujaba para la Dokan, y, cuando se lo comenté, no sé si le hizo ilusión o sintió algo de vergüenza 😆
Pero el caso es que me hizo este dibujo…
… y dos marcapáginas. Uno para mí y el otro para Lirael.
Luego, volví a darme la vuelta para ponerme en la cola de Larroca, mientras Ferry, a su lado, no paraba de bromear con sus incondicionales.
Pero, ¡oh, desgracia! ¡Oh, infortunio! Cuando llegó mi turno, Larroca miraba el reloj, diciéndole a Ferry por lo bajini que él ya se iba… Entonces levantó la mirada, vio mis ojitos de corderito degollao y dijo «Pero sólo de perfil, ¿eh?»
¡Y qué perfil!
¡Ese pedasso de Daredevil!
Aparte, firmó en las portadas que Lirael le aguantaba a Raxar, que estaba en otra cola, y ya se fue.
Y eso fue todo lo que pasó… el primer día. ¡El día que no íbamos a ir! 😆
En fin, dado que fuimos el viernes por la tarde y que el sábado nos levantamos levemente reventados, decidimos ir sólo por la tarde.
Por supuesto, es una de esas decisiones que tomas una vez despiertas y ves que no te apetece gran cosa salir de la cama.
Lo primero que hicimos Lirael y yo fue dar un paseo mientras Raxar hacía cola (no sé por qué me lo imagino tres horas haciendo cola para cualquier burocracia y, al llegar a la ventanilla, darle al funcionario de turno un papel y un lápiz y diciéndole «Tu villano Marvel favorito…»), y haciendo tiempo mientras Kenny Ruiz empezaba su sesión. Raxar iba el segundo y yo el tercero, y me hizo el detallazo de guardarme turno (¡Ai loviu Raxar!)
Al nada de llegar, aparece Kenny Ruiz y empieza a beber cerveza y charlar con nosotros. Le saqué una foto, pero parecía que no le hizo mucha gracia. «¡Sácame el perfil bueno, hombre!»
Y se puso a posar el nota en lugar de a dibujar… 😆
La chica que iba la primera en la cola le tendió un ejemplar de El cazador de rayos. «Me hizo llorar», le dijo. «¡Qué bien!», respondió Kenny. «Me encanta hacer llorar a la gente»
Entonces, mientras esperaba mi turno, vi a Cels Piñol por ahí charlando con los de Dolmen, y me tuve que acercar a darle las gracias por haberme mandado aquel dibujo…
Un tío que cuida de sus fans, Cels… Se nota que sigue siendo uno de nosotros 😛
Cuando Raxar le terminó de pedir sus cosas brutalmente exclusivas (id a su blog, a ver si ya ha actualizado… id y mirad…), fue a donde Diábolo para cogerme sitio mientras yo me colocaba ante la mesa, le doy un ejemplar de El cazador de rayos y le dije «A mí no me hizo llorar, pero también me encantó», «Ah, no pasa nada, llorar no es obligatorio… a no ser que tengas sentimientos», «Nah, pero no lloré porque estaba ella delante», señalando a Lirael, «y tengo que hacerme el duro delante de mi novia…» 😛
Pues muy majo también el Kenny… aparte, me dibujó esta maravilla de Yuvia…
«Qué bien», le decía a Víctor Santos, sentado a su lado, «A ti te piden tíos con parche y a mí, niñas que lloran…»
Una vez tenía a mi Yuvia, fui corriendo a lo de Diábolo, donde Raxar me guardaba turno (y tomos) para la firma de los autores de El joven Lovecraft.
A pesar de haber salido a la venta el día antes o así, esa misma mañana me los había leído los dos, y, aunque casi todo ya estaba en línea, aún no había otra forma que no fuera el tomo para conocer a Ihsan… Así que, según dijeron, este que tengo en mi tomo I…
… es el primero que han hecho :p
Por supuesto, como no podía ser de otra manera, pedí que, en el cuaderno, me dibujaran a Siouxie…
Nota mental: Comprar marcos.
Luego de eso, fuimos a buscar a Raxar, y, por el camino me cruzo con el Listo, que iba con un nota con una camiseta con un autorretrato de Katakraos… pero no era Katakraos porque estaba pelaísimo…
Segundos después, está el tío viniendo a saludarme, ¡porque sí es Katakraos! 😆
Tras intercambiar unas palabras, le convenzo para que me haga un dibujo (no costó mucho), y esto es lo que me hizo…
Inciso: Katakraos también merece todo vuestro amor… aunque no me quiera regalar su máscara de V :p
Mientras, pasó por allí Morán, pero tenía el cuaderno ocupado… 😛
Tras despedirnos, fuimos a buscar a Raxar y luego, a la quedada bloguera.
Lo cual estuvo muy bien, por un lado, porque conocí a Kiryë, al Tete… también estaba sentado junto a Mushu, y por ahí andaban Entiman y el Chacal, pero como a ellos nunca les comento, me dio cosita… 😆
Y en esas llevábamos un rato cuando, frente a mí, uno de los contertulios sacó nada menos que… ¡una máscara de lucha libre mexicana!
«¿Eso es tuyo?», le pregunté de tal manera que Lirael pensó que iba a liarme a tortas con él… «Sí», me respondió. «¿Ximi?», «Sí», «¡Quillo, soy Lograi!», «¡Coño, el Luciérnago!» 😆
¡El año que viene a ver si venimos todos identificaos, leche…! 😆
Y bueno, poca cosa más, en verdad… ¿¡os parece poco!?
Pues yo ya estoy cansao… ea 😛
Y, para acabar, varias cosas…
Primero, más fotos, aquí en lo gris…
Segundo, para el año que viene, ¡quiero acreditación! 😆
Tercero, lo que esos dos días me preguntaron cientos de miles de veces… «Salón del Cómic en Cádiz… ¿¡para cuándo!?»
Dokken – Dream Warriors
Uiuiui lo c’a disho…